Reflexión sobre la Autoridad, el Autoritarismo y los Liderazgos Feministas: Protagonistas Políticas en la Búsqueda de la Justicia
19 de Mayo de 2025


En tiempos de crisis y polarización, la autoridad se encuentra bajo constante cuestionamiento. Mientras que el autoritarismo se erige como una estructura rígida, vertical y controladora, la autoridad feminista se construye desde el respeto, la equidad y la autonomía de las personas.

Las feministas no buscamos ser solo “buenas” o “malas”, no buscamos definirnos en términos de opresores y oprimidas; buscamos ser protagonistas de nuestra propia historia y de la historia colectiva.

Los liderazgos autoritarios se basan en un poder centralizado, que impone y limita las libertades, despojando a las personas de su capacidad de decisión. En estos sistemas, la voz de los demás es anulada, y el control se ejerce de forma autoritaria. Las decisiones son tomadas desde arriba, sin considerar las necesidades ni los deseos de los grupos a los que se dirige.

Pero el liderazgo feminista horizontal propone algo diferente. El liderazgo horizontal es un espacio de colectividad, donde todas somos sujetas políticas activas, donde no existe un único centro de poder, sino que el poder se distribuye y se comparte. Las mujeres en estos espacios no son solo receptoras de decisiones, sino que son las protagonistas que crean, cuestionan, transforman y toman decisiones.

Para nosotras, el empoderamiento no es un acto de subordinación a un sistema de autoridad impuesta, sino una afirmación de nuestro derecho a ser y a decidir. El feminismo nos invita a ser sujetas políticas, a reconocer y ejercer nuestra capacidad de incidir y transformar el mundo desde una posición de igualdad y justicia. No se trata de ser pasivas en el proceso político, sino de ser protagonistas activas en la construcción de un mundo más justo, más libre y más equitativo.

El verdadero sentido de la justicia no es imponer una única visión, sino reconocer la pluralidad de voces y la riqueza de las experiencias. El liderazgo feminista horizontal se basa en la idea de que la justicia se construye cuando todas las voces son escuchadas y cuando el poder no está concentrado en las manos de unos pocos. La autoridad no es una forma de control, sino de confianza mutua: confiar en que todas y todos podemos tomar decisiones colectivas, sin necesidad de un sistema jerárquico que imponga su voluntad.

La felicidad que buscamos las feministas no es una utopía individual, sino una práctica colectiva, una felicidad que se construye día a día en las pequeñas acciones de justicia, respeto y cuidado. No queremos ser “súbditas” de ninguna autoridad externa, sino sujetas políticas que, a través de la organización colectiva y la solidaridad, transformamos las estructuras de poder para lograr una sociedad más inclusiva, equitativa y justa.

Ser protagonistas de nuestra historia es entender que el poder no debe ser una carga que se ejerza sobre los cuerpos de las demás, sino una herramienta de transformación social. La justicia feminista se fundamenta en la creencia de que todas tenemos derecho a ser protagonistas de nuestra vida, a tener voz y voto en la construcción de un futuro común, sin que nuestra dignidad sea negociada.

Tú, que opinas?